El debate acerca de los posibles cambios urbanos y sociales que la presente crisis ofrece es aún más importante hoy, a cinco meses de la publicación del Manifiesto por la Reorganización de la Ciudad tras el COVID19, debido a que estamos claramente avanzando hacia una sociedad incapaz de hacer frente a sus problemas reales y solucionarlos. Las tímidas medidas que están siendo aplicadas por la mayoría de ciudades y gobiernos no se dirigen a la raíz de los problemas.
Cualquier enfoque cuantitativo representa más de lo mismo. La única vía para enfrentar la situación que estamos viviendo es un cambio cualitativo: reorganizar radicalmente la sociedad y la ciudad, a través de un proceso de transición de la economía neoliberal a una economía centrada en la vida. Colapso ecológico y desigualdad extrema, explotación de la naturaleza y justicia social, están estrechamente relacionados y son la consecuencia de una economía que está devastando nuestra sociedad, el ambiente y está amenazando la misma existencia del género humano.
La presente pandemia ha claramente demostrado la necesidad urgente de crear economías, y ciudades, cuyo centro sea la vida. Sin embargo hemos visto el aumento de las desigualdades, una mayor concentración de la riqueza, el rescate de aerolíneas, industria del automóvil y sanidad privada —precisamente algunos de los elementos más responsables de los problemas. El colapso ecológico no ha sido, y no está siendo, considerado como una emergencia. A nivel urbano se están llevando a cabo algunos tímidos cambios cuantitativos, medibles en centímetros o kilómetros: nuevos carriles bici, aceras más anchas, etc., que resultan ser irrelevantes. La presente condición urbana requiere cambios cualitativos radicales. Algunos de ellos han sido brevemente sintetizados en el Manifiesto en cuatro puntos: reorganización de la movilidad, (re)naturalización de la ciudad, desmercantilización de la vivienda y la ciudad, decrecimiento.
La creación de la llamada nueva normalidad —una repetición hipnótica de instrucciones para los ciudadanos— es claramente una forma de imponer un gobierno más autoritario y distraer de los problemas reales, cuya solución requiere un enfoque completamente distinto, que contraste la naturaleza destructiva de la economía neoliberal.
Esta oportunidad única para reorganizar la sociedad está siendo desaprovechada. Debemos actuar enérgica y sinérgicamente para enfrentar los problemas estructurales que la pandemia ha claramente confirmado. Estimular el debate se vuelve esencial. Más adelante puede ser demasiado tarde.
EL MANIFIESTO
Han pasado cinco meses desde que publicamos el Manifiesto por la Reorganización de la Ciudad tras el COVID19, un documento nacido por la urgencia de cuestionar los fundamentos de la ciudad neoliberal cuyos problemas estructurales han sido visibilizados durante la pandemia y el confinamiento. El Manifiesto ha sido firmado por más de 2000 personas, entre las cuales académicos (más de 160), profesionales (entre ellos más de 250 arquitectos) y sociedad civil.
El Manifiesto se fundamenta en cuatro elementos clave:
- Reorganización de la movilidad
- (Re)naturalización de la ciudad
- Desmercantilización de la vivienda
- Decrecimiento
A pesar de estar enfocado en Barcelona y dirigido a la Alcaldesa, es un documento que se puede adaptar al contexto específico de la mayoría de ciudades occidentales y su verdadero destinatario son las personas que habitan la ciudad. Su principal objetivo es estimular un debate acerca de los fundamentos de la ciudad, una ciudad construida colectivamente.
El Manifiesto ha inspirado iniciativas en varias ciudades: Granada, Zaragoza, Guadalajara, País Vasco y la iniciativa Ciudades Sostenibles y Justas.
Texto del Manifiesto: https://manifiesto.perspectivasanomalas.org
Enlace para firmar: https://manifiesto.perspectivasanomalas.org/firmar/
Autor del Manifiesto: Massimo Paolini
El presente texto ha sido publicado en El Salto y originalmente en inglés en el sitio web de Volume Magazine.